¿Te has preguntado alguna vez cómo sería tu vida si tu teléfono solo sirviera para llamar y enviar mensajes? En un mundo donde los smartphones dominan cada aspecto de nuestra rutina, una tendencia inesperada está ganando fuerza: el regreso de los teléfonos básicos.
Lejos de ser una simple moda retro, este fenómeno responde a necesidades reales de salud mental, privacidad y un deseo creciente de desconexión digital.
En la siguiente columna de opinión, Nicholas Rossman, Director de Programas del Mobile Ecosystem Forum (MEF), explora por qué los llamados “teléfonos tontos” están volviendo a captar la atención de jóvenes y adultos por igual.
Desde el impacto en la industria del entretenimiento móvil y la publicidad, hasta el papel de la nostalgia y la búsqueda de un equilibrio tecnológico, Rossman nos invita a reflexionar sobre el valor de simplificar nuestra relación con la tecnología.
DETÓX DIGITAL Y EL TELÉFONO BÁSICO
Por Nicholas Rossman, Mobile Ecosystem Forum (MEF)

Había una vez un teléfono que solo era un teléfono. El momento exacto de ese “había una vez” depende de cuán atrás viajes desde hoy hasta Alexander Graham Bell.
Para algunos, es cuando los teléfonos eran bloques de baquelita con disco giratorio; para otros, el punto de corte es cuando los teléfonos comenzaron a ofrecer algo más que llamadas, mensajes de texto y el juego de la “culebrita”. Hoy, a eso lo llamamos un teléfono básico. Y está regresando.
Simplificando
Prácticamente todos los teléfonos móviles disponibles hoy caen en una de tres categorías: básico, de funciones (feature phone) e inteligente (smartphone).
- Un teléfono básico está diseñado principalmente para llamadas y mensajes de texto, con acceso a internet muy limitado o nulo y funciones extras mínimas. Suele tener una pantalla pequeña, teclado físico y carece de aplicaciones o una interfaz avanzada.
- Un teléfono de funciones se sitúa entre el básico y el smartphone; a menudo incluye algunas funciones multimedia como cámara sencilla, radio FM, Bluetooth y, a veces, acceso limitado a internet. Puede soportar algunas aplicaciones, pero funciona con un sistema operativo ligero y no está diseñado para multitarea ni para ecosistemas de apps como los smartphones.
- Un smartphone puede ser tu oficina, tu biblioteca, tu centro de entretenimiento y tu vínculo con familiares y amigos. Funciona con sistemas operativos avanzados como Android o iOS y permite acceso completo a internet, multitarea, pantallas táctiles de alta resolución, descarga de apps desde tiendas, GPS y una amplia gama de sensores y opciones de conectividad. Es, en esencia, una computadora de mano y es central en la vida digital moderna.
Y parte del rechazo a esa vida digital moderna está impulsando el aumento en ventas de teléfonos básicos.
Aunque los “teléfonos tontos” representan una pequeña fracción del mercado total de dispositivos (alrededor del 2%), es una tendencia que los fabricantes han notado y a la que están respondiendo; se están desarrollando y promocionando versiones minimalistas o sin funciones avanzadas, especialmente para las generaciones más jóvenes, en particular los adultos de la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012).
Curiosamente, los miembros mayores de la Generación Z estuvieron en la transición entre los teléfonos básicos y los smartphones, lo que les da una perspectiva única sobre ambos tipos de dispositivos.
Y la nostalgia también juega un papel.
El relanzamiento de modelos clásicos como el Nokia 3210 en 2024 ha tocado esa fibra de añoranza por el pasado. Estas versiones actualizadas mantienen los diseños icónicos pero incorporan funciones modernas como conectividad 4G y carga USB-C, atrayendo tanto a quienes recuerdan los originales como a jóvenes interesados en la estética retro.
Salud y seguridad
Muchos buscan reducir su tiempo frente a la pantalla y desconectarse del bombardeo constante de notificaciones y actualizaciones de redes sociales en los smartphones. Hay cada vez más investigaciones que vinculan el aumento de ansiedad, estrés y depresión con el uso excesivo de smartphones; muchos sienten que la “hipervigilancia” es una consecuencia de la conectividad constante.
Las aplicaciones de redes sociales se han asociado con mayor ansiedad y depresión: la comparación social, el miedo a perderse algo (FOMO) y el ciberacoso empujan a las personas a alejarse de un estilo de vida digital. Además, los padres eligen cada vez más teléfonos básicos para sus hijos para limitar la exposición a redes sociales y contenido en línea.
Aparte de las preocupaciones de salud mental, los usuarios de móviles están cada vez más alarmados por los posibles riesgos de seguridad asociados a los smartphones. Una encuesta de Deloitte en 2022 reveló que casi el 60% de los encuestados se preocupa por la vulnerabilidad de sus dispositivos ante brechas de seguridad y el rastreo por parte de organizaciones. Esta desconfianza se ve alimentada por la falta de transparencia en las prácticas de recolección de datos y la creciente complejidad de los sistemas operativos móviles.

Impacto en los servicios de entretenimiento móvil
El regreso de los teléfonos básicos limita inevitablemente el acceso a servicios de entretenimiento móvil, un sacrificio que está en el centro de esta tendencia.
Sin tiendas de aplicaciones ni conectividad constante, los usuarios se alejan de los videos bajo demanda, los feeds de redes sociales y los juegos móviles. Para muchos, esto es una decisión deliberada: una forma de desconectarse del ruido digital y recuperar el enfoque.
Pero más allá del relato del “detox digital”, este cambio podría reavivar el interés en los formatos tempranos de entretenimiento móvil. Así como el regreso a los medios físicos (como los discos de vinilo o las cámaras Polaroid) ha encontrado seguidores apasionados, la reaparición de los feature phones podría marcar el auge de un movimiento de “entretenimiento móvil vintage”.
En este sentido, los usuarios de teléfonos básicos podrían representar un nuevo nicho de consumidores digitales, casi como los puristas de la cultura móvil. Personas que valoran el minimalismo, el uso intencional y una experiencia despojada. Esto crea una oportunidad interesante para creadores de contenido y proveedores de servicios para volver a formatos más simples: tonos descargables, gráficos estáticos o incluso juegos basados en texto, entretenimiento diseñado para accesibilidad, bajo consumo de datos y uso sin conexión.
¿Podría ser este el próximo micromercado en el mundo móvil, un nuevo segmento de negocio impulsado por la nostalgia, la simplicidad y el uso intencional de la tecnología?
Impacto en los anunciantes
El resurgimiento de los teléfonos básicos podría remodelar significativamente la forma en que operan los anunciantes, especialmente al cambiar las expectativas y la mecánica del engagement. El principal reto es la pérdida de los entornos ricos en datos que proporcionan los smartphones. Con menos usuarios interactuando a través de apps o la web, hay menos acceso al seguimiento de comportamiento, geolocalización precisa y formatos publicitarios interactivos como video o banners programáticos. Esto podría erosionar la efectividad de las campañas de publicidad digital. Sin embargo, también revive formatos antiguos como el marketing por SMS. Las marcas podrían recurrir a una comunicación más simple y directa, que puede sentirse más personal o urgente, especialmente en mercados donde el uso de teléfonos básicos crece rápidamente. Estas campañas podrían tener mayor engagement debido a su menor saturación y novedad en un mundo dominado por el ruido digital.
Los anunciantes tendrán que repensar no solo sus plataformas, sino sus suposiciones sobre la atención, disponibilidad e intención del usuario. Aquellos que se adapten para ofrecer engagement significativo en contextos de baja tecnología—en vez de intentar recrear la experiencia del smartphone—tendrán más posibilidades de seguir siendo relevantes.
Resumen
El resurgimiento de los teléfonos básicos representa una tendencia significativa en el mercado de la telefonía móvil, impulsada por una compleja interacción de factores. Este movimiento resalta una creciente conciencia sobre la necesidad de una relación más equilibrada e intencional con la tecnología. A medida que los consumidores buscan mayor control sobre su vida digital, los teléfonos básicos ofrecen una alternativa viable, promoviendo el bienestar mental, la privacidad y un estilo de vida más enfocado.
SOBRE EL AUTOR
Nicholas Rossman es Director de Programas en The Mobile Ecosystem Forum (MEF), una organización global fundada en 2000 y con sede en el Reino Unido, con miembros en todo el mundo. Como la voz del ecosistema móvil, se enfoca en mejores prácticas intersectoriales, antifraude y monetización. El Foro, que celebrará su 25 aniversario en 2025, ofrece a sus miembros plataformas globales y multisectoriales para networking, colaboración y avance de soluciones para la industria.
Debe estar conectado para enviar un comentario.