¿Basta un simple clic para ser víctima de un ciberataque?

Cada vez que escuchamos historias de cuentas bancarias vaciadas o datos robados, la frase recurrente es: “Solo hice un clic”. ¿Pero es esto literal? ¿Es posible que un simple toque en un enlace sea suficiente para desencadenar el caos digital?